viernes, 24 de septiembre de 2010

El comienzo de todos los males

Hoy en clase de historia estábamos dando los principios del hombre, y en un detalle que me pareció que pasó por alto, como otro cualquiera, vi yo la inspiración para escribir otra vez después de tanto tiempo en mi blog.

El tema explicado fue el neolítico, al asentarnos por fin en un asentamiento fijo, mientras otros grupos de homínidos que aún no habían tomado esa innovación seguían siendo nómadas. El hombre descubrió la agricultura, el hecho de que sembrando ciertas plantas crecían otras nuevas que daban frutos, y se agenciaron de ellas para cuidarlas hasta que les dieran alimento. Apareció entonces un grupo de nómadas que ve ese fruto y se dirige a recolectarlo, como han hecho tranquilamente desde siempre, cuando aparece un grupo del asentamiento y le prohíbe cogerlo pero... ¿tenía derecho a esa prohibición? ¿Por qué no se lo permitía si eso es lo que se ha hecho desde siempre? Por culpa de esa diferencia de culturas se produjo, muy probablemente, el mal que dio cabida a todos los males, la propiedad privada.

Imaginemos que este grupo de nómadas se niega a no coger ese fruto y se enfrenta con los del asentamiento, cada uno por su causa, que para cada uno es justa pero no la comparten, así que se enfrentan hasta que hay un ganador y un perdedor. Por culpa de esa diferencia de pensamientos se produjo muy probablemente la guerra.

Imaginemos ahora, el tiempo ha pasado y la propiedad privada lleva a la especialización, cada cual tiene su especialidad de producción e intercambia sus productos por los de otro, que los dos necesitan. Así nace el trueque. Antes de continuar una anotación sobre el trueque, y es que es bastante engañoso ya que la ausencia de dinero parece que lleva a la mayor igualdad pero no, sigue habiendo escondida entre el velo de ser de los principios de los tiempos la propiedad privada, lo que obstaculiza mucho.

Ahora, imaginemos que el tiempo sigue pasando y alguien más espabilado que los demás va acumulando riquezas y va “comprando” servicios con esa riqueza, lo que le genera influencia entre el grupo y lo convierte en alguien seguido por el poblado. Eso hace que se sitúe en un puesto de monarca provisionalmente abstracto, que con el paso del tiempo se irá convirtiendo en ley. Por culpa de la diferencia de culturas se produjo la propiedad privada, y por culpa de esta se produjo otro de los males que nos asola hasta más no poder, pero que no se consigue ver debido a que vivimos en él desde el nacimiento. No hay sociedades puramente anarquistas en el mundo y ellos no quieren que las haya, porque así veríamos la forma tan sorprendentemente descarada con la que nos están pisoteando, y esto seguirá así hasta que nosotros queramos, literalmente. Un futuro mejor puede ser construido por todo nosotros por igual, y cuando digo por igual digo sin superiores, visto el decadente pasado que tenemos desde el momento en el que se crearon todos esos males. ¡Revolución!